En los sistemas Linux, existen diferentes formas de obtener permisos de administración, y tres comandos muy importantes para esto son sudo, su y visudo. Estos comandos permiten ejecutar tareas que requieren privilegios elevados, como instalar programas, cambiar configuraciones del sistema o administrar usuarios. Comprender su función es esencial para trabajar con seguridad y eficacia en un entorno Linux.
El comando sudo (abreviación de “superuser do”) permite ejecutar un solo comando como si fueras el administrador del sistema (root). Es común que los usuarios normales no tengan acceso completo al sistema por seguridad, pero con sudo pueden ejecutar tareas puntuales ingresando su propia contraseña, si tienen permiso para hacerlo. Por ejemplo, para actualizar los paquetes del sistema, se puede usar sudo dnf update.
Por otro lado, su (de “substitute user”) permite cambiar de usuario dentro de la terminal. Si se usa sin argumentos, cambia al usuario root, pero también puede utilizarse para cambiar a cualquier otro usuario. Al usar su, se te pedirá la contraseña del usuario al que querés acceder. Una variante importante es su -, que además de cambiar de usuario, carga todo el entorno del nuevo usuario, como si hubieras iniciado sesión normalmente desde cero.
Finalmente, el comando visudo se utiliza para editar de forma segura el archivo /etc/sudoers, que controla quién puede usar sudo y con qué permisos. Este archivo es muy sensible, y si se edita mal, podrías quedar sin acceso a los permisos administrativos del sistema. Por eso, visudo verifica que la sintaxis sea correcta antes de guardar, ayudando a prevenir errores graves. Con estos tres comandos, podés gestionar adecuadamente los accesos de usuarios en un sistema Linux.
Para complementar este teórico vamos a ver un práctico:








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